"Ayer, mi hija estaba con fiebre. Y pensé: las veces que en la guardia, como pediatra, me tocó recibir a otras mamás o papás que me decían 'te lo traje con fiebre; no le di nada para que le baje así podés evaluarlo mejor'. ¡No! A nosotros no nos cambia nada ver al niño o niña en el momento exacto de la fiebre", cuenta la pediatra e influencer Jimena Le Bellot.
De hecho, recuerda que cuando los chicos tienen fiebre se sienten peor. "Primero, es mejor darles un antitérmico. Y recién después, llevarlos a la consulta. En el caso de los bebés, hasta es más difícil revisarlos si están afiebrados. Y puede volverse angustiante para todos", prosigue la médica, quien recientemente fue reconocida en la gala de los premios Los Más Clickeados 2022, donde se homenajea a quiénes llevan una labor activa en las redes sociales.
Enseguida Le Bellot aclara que no todas las fiebres deberían ser, necesariamente, motivo de una consulta. "No siempre hay que correr a una guardia. Los primeros registros no nos tienen que hacer salir disparados, sobre todo si el estado general es bueno", aprecia.
A colación de la fiebre, Le Bellot menciona las convulsiones febriles, las cuales suelen darse entre los seis meses y los seis años y asustan muchísimo más. Por eso, es importante saber que éstas no ocasiona ningún daño ni dejan secuelas, aclara. Pero, ¿qué se debe hacer y qué se desaconseja hacer? "Primero, tenemos que evitar que nuestros niños se golpeen. Segundo, hay que ponerlos acostados del lado derecho. Y tercero, debemos controlar cuánto dura la convulsión, si es posible. No intentemos meterles nada en la boca. Es un mito que se pueden tragar la lengua", responde.
Cuando se le pregunta si las crisis ocurren con fiebre alta, contesta que no necesariamente. Pueden producirse tanto con una temperatura de 37,5° como de 40°. Sin embargo, una mayor temperatura no implica que aumente el riesgo, enseña.
"Las convulsiones febriles típicas son movimientos generalizados. Los niños y niñas se sacuden, como habrán visto en las películas de televisión, y se desconectan; esto significa que están como idos y no responden cuando los llamamos. Pueden poner sus ojos en blanco y hacerse pis encima", describe enseguida.
- ¿Ante una convulsión se debe correr a una guardia?
- Existen varios tipos de crisis convulsivas. En general duran solamente unos segundos; las menos pueden extenderse por minutos. Siempre ante un primer episodio se tiene que concurrir a una guardia. Y después al pediatra de cabecera, quien seguramente hará un seguimiento.
- ¿Son comunes?
- Una convulsión febril es un trastorno neurológico frecuente en las emergencias pediátricas. La mayoría de las veces, resulta benigna.
Es importante que los padres comprendan que un bebé que tuvo una convulsión puede volver a tenerla. Incluso cuando la fiebre es baja, como destaca Le Bellot. A veces puede remitirse a antecedentes familiares. Según datos de la plataforma HealthyChildren, avalada por la Academia Estadounidense de Pediatría, sucede en cuatro de cada 100 niños de entre seis meses y seis años.
Para disminuir la temperatura corporal, es conveniente permanecer con los pequeños durante unos 20 minutos en la bañadera con agua tibia. Otra alternativa consiste en colocar paños de agua tibia (no fría). También es recomendable vestirlos con ropa cómoda de algodón. Por último, los pediatras suelen administrar antipiréticos de uso extendido. "Conociendo en qué consisten estos momentos, podremos vivirlos con algo más de tranquilidad", cierra Le Bellot.